Museo del Prado: Arte, historia y curiosidades
El Museo del Prado no solo es uno de los museos más importantes del mundo, sino también un lugar lleno de historias fascinantes que han marcado su trayectoria desde su inauguración en 1819.
A lo largo de los años, su edificio, sus colecciones y sus anécdotas han convertido a este museo en una parada obligatoria para los amantes del arte y la historia.
Un edificio con mucha historia
Lo que hoy conocemos como el Museo del Prado comenzó como un ambicioso proyecto de Carlos III, quien en 1785 encargó al arquitecto Juan de Villanueva la construcción del Real Gabinete de Ciencias Naturales.
La idea era que formara parte de la “colina de las ciencias”, junto con el Real Observatorio Astronómico y el Real Jardín Botánico.
Sin embargo, el destino tenía otros planes.
Carlos III murió en 1788 sin ver su proyecto terminado y, años después, en 1808, las tropas napoleónicas invadieron Madrid y usaron el edificio como cuartel.
El plomo de las cubiertas del techo fue fundido para fabricar balas, y la madera de las estructuras sirvió para hacer hogueras que calentaran a los soldados franceses.
Años más tarde, con la llegada de Fernando VII, el edificio recibió un nuevo propósito.
Por insistencia de su esposa, Isabel de Braganza, gran amante del arte, se decidió terminar la construcción y convertirlo en el Real Museo de Pinturas y Esculturas, que abrió sus puertas en 1819.
Pero no era un museo accesible para todos.
En sus primeros años, solo se podía visitar un día a la semana y con un permiso especial de algún miembro de la corte.
No fue hasta la revolución de 1868 cuando el museo pasó a ser de todos los españoles, convirtiéndose en el Museo Nacional de Pinturas, y con el tiempo, en el actual Museo del Prado, nombre que tomó por su ubicación en el antiguo Prado de los Jerónimos.

5 curiosidades del Museo del Prado
A lo largo de su historia, el museo ha acumulado numerosas anécdotas que lo hacen aún más interesante.
Aquí las 5 que más nos gustan en 4U Madrid:
- Días de lluvia, puertas cerradas: durante sus primeros años como museo público, las visitas se suspendían los días de lluvia para evitar que el suelo de madera se dañara.
- Goya fue testigo de su legado: Francisco de Goya, uno de los grandes maestros de la pintura española, vivió lo suficiente para ver sus propias obras expuestas en el Prado.
- Un director inesperado: entre 1936 y 1939, en plena Guerra Civil, Pablo Picasso fue nombrado director del museo, aunque nunca pudo ejercer su cargo debido al conflicto.
4. Evacuación en tiempos de guerra: durante la Guerra Civil, las obras más importantes fueron trasladadas a Valencia, luego a Barcelona y finalmente a Ginebra para protegerlas. A pesar del peligro, todas regresaron en perfecto estado… salvo dos: El 2 de mayo de 1808 y El 3 de mayo de 1808 de Goya, que sufrieron daños en un accidente de transporte.
5. Alquiler de salas: el museo permite alquilar algunas de sus salas para eventos privados. La más codiciada es la Sala de las Meninas, que cuesta alrededor de 21.000 euros por tres horas… y 7.000 euros la hora extra, por si acaso apetece sobremesa!
Un museo de cifras impresionantes
El Museo del Prado alberga una colección inmensa, con más de 33.000 obras, aunque solo unas 1.700 están expuestas de forma permanente.
Se estima que harían falta 25 museos del mismo tamaño para exhibir todas las piezas que conserva en sus almacenes.
En cuanto a visitantes, en 2018 recibió 2,9 millones de personas, con una mayoría de turistas extranjeros, especialmente italianos, coreanos, franceses y estadounidenses.

Las indispensables del Museo del Prado
Entre todas las obras maestras que alberga el museo, hay dos que se llevan la atención del público:
Las Meninas de Velázquez (1656)
Considerada una de las pinturas más enigmáticas de la historia del arte, Las Meninas ha sido objeto de múltiples interpretaciones.
Originalmente se llamaba “Retrato de la señora emperatriz con sus damas y una enana”, luego pasó a ser “La familia de Felipe IV”, hasta que finalmente adoptó su nombre actual.
Lo más curioso es que, en lugar de ver la escena desde la perspectiva del pintor, Velázquez nos pone en la posición del retratado, haciéndonos parte del cuadro.
La infanta Margarita, iluminada en el centro de la escena, se convierte en la verdadera protagonista.
El Jardín de las Delicias de El Bosco
Este tríptico, pintado entre 1490 y 1510, es una de las obras más misteriosas del Prado. Felipe II, gran admirador del pintor, lo adquirió en 1591.
Se lee de izquierda a derecha: el paraíso, el jardín de las delicias y el infierno, aunque no existe una interpretación única de su significado.
La cantidad de fresas que aparecen en la obra le valieron el apodo de La pintura de la fresa en la Francia del siglo XVII.
Un dato curioso es que, al cerrar el tríptico, aparece una imagen del cosmos con Dios y una inscripción del Salmo 33:9 que dice “Porque él habló, y fue hecho; él mandó, y existió”.
El Museo del Prado
El Museo del Prado es mucho más que un lugar lleno de arte; es un reflejo de la historia de España, con relatos, curiosidades y anécdotas que nos transportan a tiempos pasados.
Si alguna vez te has preguntado qué historias se esconden detrás de sus majestuosas paredes, ahora ya tienes algunas de las más sorprendentes para compartir.
Y si quieres conocerlo en nuestra compañía, para contarte estas y otras historias, escríbenos, estaremos encantadas de acompañarte!